Una base de datos de libre acceso con la ubicación de los vehículos

¿Os imagináis que la policía guardara un registro de la ubicación y momento del tiempo de todos los coches que circularan por la calle? Y más aún ¿y si además cualquiera pudiera consultar esa base de datos para saber los movimientos de un coche concreto? No es ficción, en Estados Unidos lleva funcionando varios años.

La policía municipal de cada estado de Estados Unidos viene utilizando desde hace algún tiempo una red de «lectores de matrículas de vehículos» instalados en diversas ubicaciones públicas que en esencia guardan la posición GPS de la matrícula, la fecha y la hora de todo el que pasa por allí. La información es almacenada durante un periodo de tiempo que depende de la ciudad, pero en algunos casos se almacenan hasta varios años, y lo más asombroso es que en muchos casos cualquiera puede consultar los registros de una matrícula concreta para saber dónde ha estado.

Grupo de cámaras en un cruce
Cámara oculta en icono

Desde hace varios años se viene ampliando la red que allí se conoce como «LPRs» (del inglés, Licence Plate Readers), una red consistente en diversas cámaras fotográficas especialmente diseñadas para captar la matrícula de los coches y guardar su ubicación, fecha y hora. Según las especificaciones de estos dispositivos pueden leer y registrar hasta 60 matrículas por segundo. De esta forma sería bien sencillo seguir la pista a un coche a lo largo de una ciudad, incluso aunque atravesara varios Estados.
Las cámaras no solo se instalan en cruces o avenidas; pueden estar instaladas en cualquier calle o garaje, camufladas en algún vehículo, un taxi, conos de tráfico, etc…
En las imágenes de la derecha podemos ver en primer lugar una de estas cámaras oculta en un cono de señalización y al lado un conjunto de estas cámaras en un cruce cualquiera (click en la imagen para ampliar).

Esta base de datos, cuyo titular es el cuerpo municipal/estatal de policía de turno, puede parecer una auténtica agresión a nuestra privacidad si lo vemos desde nuestra perspectiva, pero lo cierto es que allí este sistema es aceptado de forma generalizada ya que, como bien se encargan de divulgar las autoridades de allí, reducen drásticamente los robos, aumenta la seguridad ciudadana y ahora más que nunca se encuentran muy rápido los vehículos robados.

Resultado de búsqueda de una matrícula

Sin embargo, en algunos Estados se están empezando a oír voces discordantes. En concreto hace unos días en Minneapolis han propuesto un cambio en la legislación interna para limitar el acceso de consulta a esta base de datos (que hasta ahora era libre como en muchos otros Estados) y pretenden que solo tengan acceso la propia policía pero también los particulares aunque solo en relación a sus propios vehículos.
Además, pretenden limitar también las solicitudes de obtención de la base de datos completa; hasta ahora determinadas instituciones públicas o privadas pueden solicitar una «copia» íntegra de toda la base de datos, esto es, solicitar directamente toda la base de datos con todos los registros de golpe; por ejemplo, en el caso de Minneapolis, se vienen tramitando 4 de estas peticiones a la semana.

Lo cierto es que desde mi punto de vista, poder conocer los itinerarios de mi vecino, saber dónde ha estado, cuándo o incluso con quién, no solo supone un atentado a su intimidad, sino que además esta información puede ser utilizada por delincuentes para, por ejemplo, saber que no estás en casa, o saber que todos los días, de lunes a viernes, pasas siempre a la misma hora por el mismo sitio. Las implicaciones en materia de privacidad son infinitas e impensables en España con nuestra legislación actual sobre protección de datos de carácter personal; sin embargo este es un claro ejemplo de cómo se percibe la intimidad y la privacidad en culturas no tan distintas, pero sí tan alejadas en estas cuestiones.
Actualmente la matrícula de un coche se considera un dato de carácter personal, pero ese sería el menor de los problemas para un sistema similar en España; el verdadero problema vendría directamente del uso que el funcionario o el particular de turno haría de ese sistema. Procede recordar ahora esa Circular del año 2009 de la Secretaría General de la Administración de Justicia donde se hablaba de cómo se debían utilizar algunas bases de datos en la Administración de Justicia y los límites que se iban a imponer precisamente por el mal uso (cotilleo esencialmente) que se estaban haciendo de las mismas. Publiqué un artículo en su día con el título «El cotillear se va a acabar (en la Administración de Justicia)«.

Para quien quiera saber un poco más, aquí dejo un PDF del Instituto Nacional de Justicia con algo más de información sobre ese sistema de videocámaras y sus registros y aquí un vídeo en Youtube hablando de este sistema y lo fantástico que es para perseguir delincuentes y encontrar coches robados.

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